martes, 26 de mayo de 2015

Mamita...

Hace una semana que alucina, no de manera constante, de a ratos.
Vuelvo del trabajo y la encuentro conversando con personas que sólo existen en su mente.
 Supone que estoy en otro lugar, No me ve.
Y yo no sé cómo hacer para llegar al fondo de su alma y acariciarla.
La beso y no sé si sabe quién soy. Mi nombre lo conoce, claro, estamos todo el día juntas....pero quién soy? dónde vivo? cuándo la llevaré a su casa?
Mi corazón de hija que durante muchos años se sintió no querida, por fin hoy comprende que no era así...la enfermedad estaba dándole batalla. No era a mí a quién peleaba, era, simplemente, su pobre mente confundida.
Y en medio del caos, el temor: no seré yo así en un futuro?
Será que mi pequeña ha de ponerme  pañales como lo hago hoy con mi madre?
Yo no quiero un destino así.
No lo quiero, ni para ella, ni para Mí, Para Nadie!
Siento un enorme cansancio, los hombros me pesan... tal vez sea mejor no pensar...

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